Una marca especialista en ropa deportiva que tiene cien años y vive una segunda época de esplendor. Los hermanos Feinbloom fundaron la marca en 1919 en Rochester, Nueva York. Confeccionaban ropa deportiva de gran calidad y a buen precio. Empezaron a vestir a los equipos de la Universidad de Michigan, su negocio fue derivando hacia los colleges, institutos de secundaria. Además llegaron hasta West Point donde se forman los oficiales del Army.
En los años sesenta nace el característico logo de la C mayúscula.
Esta marca de historia centenaria vivió su gran momento a finales de los ochenta y en los noventa. Llegó a vestir a los veintisiete equipos de la N.B.A.
El Dream team de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 llevaba con orgullo la marca Champion en su indumentaria.
Champion era la marca que lucían los atletas en sus uniformes al ir a entrenar o con la que calentaban en la cancha antes del partido.
Sus pantalones gris vigore, sus sudaderas de algodón perchado forman parte del acervo deportivo de nuestra juventud. Era una marca con una inmejorable relación entre calidad y precio.
Un modelo icónico de esta marca es la sudadera canguro llamada Champion superhood.
En la actualidad la imagen retro y nostálgica de Champion ha seducido a los hechiceros creadores de tendencias en las redes sociales como instagram, Facebook, youtube…
La marca desde hace pocos años vive una segunda juventud amparada por los clientes famosos. Champion es cool, guay, fresca y trendy como dirían los apóstoles de la moda.
A Champion le ha pasado algo similar que a la marca Fila, ambas estaban en el ostracismo y han regresado a la palestra deportiva y casual con enorme fuerza. Bruno Mars, Selena, Rihanna o el mismísimo Justin, Justin Bieber han lucido con orgullo el reconocible logo de la “C”.
Champion nació como Knickerbocker Knitting Mills. La Compañía Sara Lee la compró a finales de los ochenta pagando unos trescientos millones de dólares. En la actualidad es propiedad corporativa de HanesBrands, que conservó la marca cuando se separó en una compañía independiente, en el año dos mil seis. Pero hete aquí que Hanes Brand volvió a adquirir el control societario de Champion Europe y los derechos de trade mark en Japón.
Colaboraciones puntuales con otras marcas como Supreme han tenido un éxito arrollador
En dos mil diecisiete Champion facturó más de mil millones de dólares. Todo un logro de marketing. Coger una marca con buena imagen en la mente de los consumidores y darle un empujón mediático a través de los patrocinios individuales y las redes sociales.
Hace relativamente poco tiempo había unos doscientos mil seguidores de Champion en Instagram ahora superan con creces los seis millones.
Desde luego comprar Champion es un acierto. Pues la calidad de sus prendas es un factor importante, siempre ha sabido elegir buenos algodones como materia prima.
Sus diseños tienen un notable aire Casual y básico. Todo ello huye del barroquismo de otras marcas. Puede vestirse con Champion tanto un adulto de mediana edad como un chaval de quince años. Ahí reside una de sus fortalezas. Ello consigue una diferenciación importante respecto a otras enseñas.
En Champion se da un fenómeno muy positivo. En ella se demuestra que lo caro y lo barato pueden llegar a coexistir dentro de la esfera de una misma marca.
Su crecimiento económico hasta hace poco ha sido de dos dígitos cada año. Una pasada.
Su eslogan es “Tienes que sacar buenos resultados para ser un auténtico campeón (Champion)”.